IGLESIA RADICAL: EVANGELIO Y COMUNIDAD
Alberto Matos
Chester, Tim y Stephen Timmis. Iglesia Radical: Evangelio y Comunidad. Publicaciones Andamio, 2014.
Introducción
Tim Chester en el norte de Inglaterra completó sus estudios universitarios y obtuvo su doctorado en Teología. Fue ordenado pastor y trabajó con Grace Church Boroughbridge, North Yorkshire, UK. Ha escrito más de 40 libros, da conferencias y es profesor de Misionología y Espiritualidad Reformada. Fue Director de Investigación y Políticas en Tearfund, Reino Unido. Es administrador en el Ministerio de Keswick y en la facultad de Crosslands Training.
Stephen Timmis se desempeñó como director ejecutivo de Acts 29 y fue pastor principal en The Crowded House en Sheffield, Reino Unido, una iglesia de Acts 29. Fue expulsado de ambas instituciones por ‘liderazgo abusivo’. Aunque erró en el ejercicio del liderazgo, esto no limita el contenido de este libro. Es coautor de varios libros.
Esta obra, Iglesia Radical: Evangelio y Comunidad, que he leído para esta reseña, está distribuida en dos secciones, trece capítulos y 169 páginas.
Resumen
Este libro pretende mostrar la diferencia entre la Iglesia concebida por el pueblo como un edificio físico o una reunión religiosa versus la verdadera identidad de la iglesia. Ser Iglesia concierne a la identidad del cristiano como discípulo de Cristo. La Iglesia sería la “identidad” de los cristianos ante el mundo. Esta identidad configura sustancialmente la vida de los cristianos y, intrínsecamente, logra amalgamar la vida cristiana y su misión en una Iglesia Radical (p. 14).
Los autores trabajan a lo largo del libro, la centralidad del Evangelio y de la Iglesia en la vida del cristiano (p. 12). Muestran que cuando los cristianos se asocian a esta realidad de centralidad experiencial en el Evangelio y la Iglesia, se vive la esencia de la Palabra y se establece la misión de la Iglesia, naturalmente.
El libro aborda los conflictos generados por la tensión entre las iglesias tradicionalmente conservadoras y las iglesias emergentes. Mientras el primero profundiza en su identidad y es incapaz de relacionarse con la sociedad no cristiana, el segundo logra interactuar, pero no ahonda adecuadamente en la vida cristiana. A partir de las experiencias del primer pastorado, los autores defienden la idea de que debe haber un modo diferente de ser Iglesia (p. 19, 20) que los cristianos necesitan descubrir. No presentan en este libro que hayan encontrado el camino perfecto para ser Iglesia, sino sólo principios y visiones en busca de un modo más adecuado de ser Iglesia.
A partir de la experiencia de la casa de un pastor, su padre, uno de los autores, consideró su experiencia de vida al acoger a hermanos cristianos, comer en su compañía, adorar a Dios en ese ambiente con una comunicación abierta y transparente de sus testimonios de fe entre todos, como fundamento de cómo debe ser la Iglesia. Estas experiencias lo llevaron a idealizar una comunidad local dentro de los parámetros bíblicos (p. 12).
Los autores cierran la propuesta de este libro diciendo que los cristianos deben volver a entusiasmarse con la verdad del Evangelio y la tarea misionera, demostrándolo en las relaciones y en la comunidad (p. 13). Existe la necesidad de una “transformación radical llevada a cabo por el Espíritu Santo” para reformar la Iglesia de hoy a la verdadera identidad bíblica.
Este libro tiene dos partes:
Parte 1: El Evangelio y la comunidad como principios fundamentales (Capítulos 1 y 2) y
Parte 2: El Evangelio y la comunidad en la práctica (Capítulos 3 – 13).
Capítulo 1: ¿Por qué Evangelio? – Afirma que el Evangelio es el Verbo Encarnado y el corazón de la misión de la Iglesia (25).
Capítulo 2: ¿Por qué la comunidad? – La comunidad cristiana es el núcleo de la identidad cristiana (38).
Capítulo 3: La evangelización – El Evangelio es la razón de la evangelización (42).
Capítulo 4: El compromiso social – La evangelización y la acción social están vinculadas y no tiene sentido separarlas (63).
Capítulo 5: Creación de nuevas iglesias – La comunidad cristiana movida por la misión debe plantar nuevas iglesias (69).
Capítulo 6: La misión mundo – La iglesia tiene que llevar la Palabra de Dios a todos los pueblos (81).
Capítulo 7: Discipulado y formación – La realización del discipulado es la misión de la iglesia (90).
Capítulo 8: Pastoral – La pastoral debe estar en el centro de la comunidad (108).
Capítulo 9: Espiritualidad – La espiritualidad debe ser generada por la Palabra de Dios. La espiritualidad debe mantenerse con una vida cristiana centrada en la Palabra de Dios, la misión y la comunidad (113).
Capítulo 10: La teología – Una teología fundamentada en la Palabra de Dios, misión y comunidad (122, 123 y 125).
Capítulo 11: La apologética – La apologética verdadera y racional es revelar que el ateísmo es un problema del corazón humano rebelde y no de su mente (136).
Capítulo 12: Niños y jóvenes – No se debe separar a los niños y jóvenes de los adultos en la iglesia, sino integrarlos, pues esto da mucho fruto (148).
Capítulo 13: El éxito – No es el mundo, sino la Biblia la que establece las normas para el éxito (155).
Evaluación Crítica
Este libro ofrece una provocación sustancial sobre cómo ser Iglesia hoy. Cumple patrones necesarios para perturbar la acomodación de los tiempos actuales que estamos viviendo. En un escenario de iniquidad que se multiplica, el amor de muchos se ha enfriado (Mateo 24:12). En ausencia de la vida abundante de Dios dentro de los cristianos, buscan llenar los vacíos con métodos en lugar de principios bíblicos. En lugar de principios bíblicos y divinos para el crecimiento natural de la Iglesia, se utilizan métodos de crecimiento humano. La Iglesia, en lugar de acoger a los heridos del mundo, hiere en nombre de Dios. En lugar de acoger a los niños, comete abuso infantil. En lugar de fortalecer los matrimonios para que no haya divorcios, se relaja la disciplina para que el divorcio se produzca con normalidad y las personas puedan casarse por segunda y tercera vez, o tantas veces como sea necesario. En lugar de ayudar a las personas a liberarse de la homosexualidad, abren iglesias que incluyen a los homosexuales o que están completamente formadas por homosexuales. Los cristianos que trataban en la Iglesia a personas que sufrían abusos sexuales, violencia doméstica u otro tipo de violaciones comenzaron a cometer “abuso espiritual”. Es un cristianismo que se parece al cristianismo enseñado en la Biblia, huele a Evangelio de Cristo, pero no lo es. Es falso. Es otro Evangelio, que es conducido por otro Espíritu y otro Cristo (2 Corintios 11:4).
Los autores acertaron al abordar este tema y lograron dejar constancia en varias ocasiones con material significativo, de esta insuficiencia de ser Iglesia por parte de los cristianos. Tim Chester y Stephen Timmis logran sacar de la comodidad a quienes están cómodamente instalados en una forma de ser Iglesia que ya no responde a los anhelos actuales de la gente. Es público y notorio el número de personas sin Iglesia que crece cada día, por esa insuficiencia de ser Iglesia como debe ser. Denominaciones históricas que se están vaciando. Constantemente se inician movimientos y movimientos para recuperar el paraíso perdido: El poder del Evangelio convirtiendo a las personas a gran escala. Esa insuficiencia de la vida cristiana se justifica con la corriente teológica del “cesacionismo” que un Evangelio lleno de poder con evidencias, milagros y curaciones es cosa del pasado, ya han cesado. Sin embargo, cada vez más cristianos viven un Evangelio vaciado de Cristo. Un cristianismo sin Cristo, como decía Mahatma Gandhi. “Sería cristiano, sin duda, si los cristianos fueran las veinticuatro horas del día”. Amo el cristianismo, pero odio a los cristianos porque no viven según las enseñanzas de Cristo. (Mahatma Gandhi, líder político y religioso indio 1869 – 1948).
Hay un hilo continuo muy bien explorado con varias historias que buscan testimoniar las vivencias de muchas personas con una forma ineficaz de ser Iglesia. Estos relatos que retratan experiencias humanas provocan la reflexión de que son necesarios los cambios humanos de los cristianos, para que surjan en ellos cambios divinos. Es un esfuerzo de los autores en todo momento por concienciar a los lectores de que se necesita algo urgente en el corazón de esta iglesia que está ahí en el momento actual.
Lo que hace que este libro sea diferente y propicio para los últimos tiempos que experimentan los cristianos es la realidad que aborda. Aunque se publicó por primera vez en 2007, 15 años después sigue vigente, mucho más vigente. Tuvieron la audacia de plantear un punto crucial de conflicto entre las iglesias conservadoras y las iglesias emergentes. Lograron denunciar, de manera clara y evidente, la profundidad bíblica de los conservadores y su ineficacia para ofrecer a las personas una contextualización pertinente de los principios bíblicos, trayendo respuestas efectivas a sus necesidades. Lograron denunciar el manejo y fanfarria de ser iglesia por parte de las iglesias emergentes, mostrando su desnudez, revelando una superficialidad bíblica, totalmente desprovista de alimentos sólidos para alimentar a las multitudes hambrientas. Ambos grupos no pueden hacer caso al mandato del Amado Maestro: “Dadles vosotros de comer” (Lucas 9:13).
¿Qué deben hacer las iglesias conservadoras y las iglesias emergentes para prestar atención al mandato del Señor a la Iglesia? ¿Qué deben hacer para ser relevantes? ¿Qué puedes cambiar para cumplir con las perspectivas divinas? ¿Cómo pueden satisfacer las necesidades de la gente de hoy? Con sencillez y claridad, los autores se centran en la necesidad de la centralidad de la Iglesia y del Evangelio en la vida cristiana (25, 38). No hay fórmulas mágicas, ni varitas mágicas, ni métodos humanos y nada más que pueda hacer relevante a la Iglesia, más que la puesta en práctica de los aspectos enumerados por los autores. Es necesario centrarse en estos aspectos. Estas son prácticas simples y más efectivas. Son actitudes humanas que deben ser observadas, pero que atraerán acciones divinas. Sólo Dios tiene la solución definitiva para el modo propio de ser Iglesia. Por eso hay que buscar al Señor y lo que Él ha establecido para Su Iglesia en su Palabra. No hay necesidad de ‘reinventar la rueda’. La rueda ya existe y existe desde hace mucho tiempo. Dios estableció todo lo necesario para los cristianos en estos dos aspectos enfocados por los autores.
Uno de los autores fue creado en un hogar cuyo padre era pastor. Vivió una rica experiencia en un modo eficaz de ser Iglesia. Mientras su casa era visitada por muchos de los hermanos pastoreados por su padre, él vivía en la práctica la necesidad de ser una comunidad acogedora, compuesta de verdaderos compañeros para el camino cotidiano, la fracción del pan en las comidas, la comunicación abierta y transparente, así, como las relaciones de interdependencia que fecundaron el crecimiento natural de cada cristiano. Su traslado al norte del país y la experiencia de asistir a nuevas iglesias con diferentes culturas, incluso en el mismo país, lo provocaron a pensar en ser una iglesia hoy y atender las necesidades de la gente en esta materia. Ambos autores tenían experiencia en el pastorado, pero no evidencian claramente este hecho. No se sabe si el hecho de que esta ocultación de más detalles sobre su tiempo ministerial fue una coincidencia o fue intencionalmente para ocultar el escaso tiempo de experiencia. No se encontraron suficientes datos para esclarecer esta situación en una investigación realizada. Hay una “imagen del mercado digital” producida a propósito para registrar a los autores ante los medios, pero hay un velo de información más precisa sobre ellos.
El otro autor de esta obra, Stephen Timmis, fue expulsado por disciplina de dos instituciones, una iglesia local y una organización internacional, “Acts 29”, que es una referencia en “ser iglesia” en la actualidad por “abuso espiritual”. Como dijimos anteriormente, este hecho no invalida el contenido de este libro ni la provocación que hace sobre este tema. Sin embargo, refleja que existe una distancia entre la práctica y la teoría en la vida cristiana. Esta distancia no siempre es fácil de cruzar. Sobre todo, cuando el hombre es el centro de atención. Hablar de la centralidad del Evangelio y de la Vida Cristiana en la existencia del cristiano es ofrecer la comprensión de que sólo Cristo es relevante en este escenario y que toda la gloria se debe sólo a Él. No hay espacios para que la “mano de Uza” sea puesta a disposición de Dios. Como cuando el Arca de la Alianza estaba siendo transportada por el rey David a Jerusalén, hay que recordar que el carro que la transportaba pasó por encima de una piedra, provocando la caída del arca. En ese momento, Uza puso su mano para evitar que cayera al suelo y murió. Este hecho enseñó o debió enseñar a los cristianos que Dios no necesita manos humanas para sustentarse, Él se basta a sí mismo (1 Crónicas 13:7-12).
Como Dios es suficiente en sí mismo, también tiene todos los recursos necesarios para que los cristianos sean debidamente feligreses. No hay necesidad de la mano de Uza en este proceso para que la Iglesia logre los resultados deseados. Cuando Cristo tomó el flagelo en sus manos, lo hizo en ejercicio de la justicia (Juan 2:15). Pero los pecadores perdidos o salvados aún viven en un mundo de injusticia humana. Cualquier actitud más allá de lo establecido en la Palabra de Dios puede generar “abuso espiritual”. En este escenario los cristianos están llamados a actuar con mansedumbre hacia las personas que cometen falta o más bien pecado (Gálatas 6:2). El autor no debe ser necrosado por su error. Más bien, como miembro del Cuerpo de Cristo, debe recibir el cuidado necesario de parte de los cristianos.
En la mayoría de los capítulos los autores divagan mucho en los argumentos de quienes quieren apoyar. A veces parece que se perdieron en el camino. Luego, al final del capítulo, se retoma el tema. Tim Chester y Stephen Timmis tienen una opinión diferente sobre el campo de la apologética y la consejería cristiana.
Los autores tienen toda la razón cuando dicen que los cristianos deben volver a entusiasmarse por la verdad del Evangelio y de la tarea misionera, para dar testimonio de ello en sus relaciones entre ellos y en la comunidad. Todo pastor debe ser provocado por este libro y también todo líder, todo cristiano. Son concluyentes de que existe una clara evidencia de la necesidad de ser una Iglesia Radical. Iglesia que vuelve a su primer amor con una identidad bíblica que satisface a Dios y llega plenamente a las personas.
Conclusión
Sin duda, el libro logra su objetivo de suscitar en los lectores la necesidad de ser Iglesia, de otra manera, centrándose en la centralidad del Evangelio y de la Iglesia en la sociedad. Ofrece beneficios significativos para que los cristianos reflexionen sobre este tema.
Aunque falló en algunas partes, y podría haber sido más objetivo en su razonamiento, este libro logra llevar a los lectores a su objetivo. Permite descubrir formas de profundizar en este tema y ofrece “perspectivas valiosas” para garantizar una ampliación de la discusión sobre este tema.
Yo, en particular, he sido bendecido con este contenido. Me llevó a reflexionar sobre algunos aspectos que he considerado que han cambiado en mi vida, familia e iglesia. Recomiendo la lectura de este libro para provocar la profundización del debate sobre un modo diferente de ser Iglesia a la luz de las Sagradas Escrituras, tanto para las iglesias conservadoras como para las emergentes.