Los pilares y las marcas de la iglesia
Alberto Matos
Las tres creencias fundamentales del judaísmo en el contexto religioso del primer siglo d.C., se observaban desde el siglo III aC: la Ley, la oración y la caridad. A partir de este hecho histórico, presentamos la contextualización de estos pilares y la inserción de tres marcas importantes que pueden caracterizar a la Iglesia de hoy, facilitando la comprensión de su esencia para lo nuevo en la fe.
La Ley (Torá) ejemplifica la Palabra de Dios como uno de sus pilares. Tanto la Palabra de Dios como las oraciones tratan de la relación del creyente con Dios. Dios dialoga con el creyente a través de la Palabra y las oraciones. El ejercicio de la caridad da testimonio de la obra de Dios en la vida del creyente, así como lo orienta hacia los demás. Estos tres pilares se insertan en el contexto del Amor a Dios y al prójimo, síntesis que Jesús resumió en toda la Ley.
Llevamos 40 años trabajando en nuestro ministerio pastoral con tres marcas que caracterizan y orientan a la Iglesia en su caminar aquí en la tierra: el amor (a Dios y al prójimo), la mutualidad (en el Cuerpo de Cristo) y el discipulado (Gran Comisión). El amor a Dios y al prójimo resume los dos primeros pilares mencionados anteriormente; ambos involucran la Palabra y las oraciones. La mutualidad habla de la obra de caridad hacia el prójimo. Aproximadamente 50 mandamientos mutuos se encuentran en el Nuevo Testamento. El discipulado habla del deber y la responsabilidad del creyente de obedecer la Gran Comisión de extender la salvación a otros pueblos, mientras simultáneamente reproduce la imagen de Cristo en otras personas.